lunes, 26 de diciembre de 2011

Una mujer ejemplar

Este es un ejemplo excepcional, es decir, poco frecuente, acerca de una buena mujer:
Es narrado que Shuraih, que era un juez, se encontró con Ash- Sha´bi, quien le preguntó acerca de su vida y su hogar.
Shuraih le contestó: “No he tenido ni un solo problema con mi esposa durante veinte años.”
Y Ash-Sha´bi le dijo: “¿Cómo es eso posible?”
Shuraih respondió: “Durante nuestra noche de bodas, la contemplé y observé una belleza excepcional. Entonces me dije a mí mismo: Debería hacer wuduh, rezar dos rakaa´t y alabar a Al-lah. Cuando acabé, me dí cuenta que ella me había seguido en la oración y había acabado en el mismo momento en que yo acabé. Cuando los invitados se marcharon de la casa, me acerqué a ella y pretendía tocarla.
Pero ella me dijo: “Espera un momento, Oh Abu Umayah (es decir, Shuraih), quédate donde estás.” Entonces, ella dijo:“Todas las alabanzas pertenecen a Al-lah. Le alabamos, buscamos Su ayuda y rogamos por Su perdón. Que la paz y las bendiciones sean sobre Muhammad ( ص). Yo soy una desconocida para ti, y no tengo ningún tipo de conocimiento acerca de tu moral, modales y actitud. Así que dime lo que te gusta, y yo lo haré. Dime también qué es lo que odias y lo evitaré. Debe haber entre tu gente, una mujer con la que hubieras podido contraer matrimonio, así como un hombre de entre mi gente, con el que me podría haber casado, pero Allah ha decretado, con su ilimitado conocimiento, que nosotros nos unamos. Al-lah te ha dado control sobre mí, por lo tanto te pido que Le obedezcas; te pido que me retengas bajo términos razonables o que me dejes con amabilidad. Esto es todo lo que te tengo que decir y pido a Al-lah que nos perdone a ambos.”
Entonces, Shuraih, dijo: “Me encuentro en la necesidad de dar una khutba (discurso), la cual no he dado desde hace bastante tiempo.” Yo dije: Todas las alabanzas pertenecen a Al-lah. Le alabamos, buscamos Su ayuda y rogamos por Su perdón. Que la paz y las bendiciones sean sobre Muhammadص)). Tú has dicho bastantes cosas, las cuales, si te mantienes firme a ellas, serás recompensada. Pero si las traicionas, serán prueba suficiente en tu contra. Me gustan tal y tal cosas y odio esto y eso. Puedes hablar de cualquier buen acto que veas, pero debes callar todo mal acto del que seas testigo.
Entonces ella dijo: “¿Qué dirías acerca de que mis familiares me visiten?”
Yo respondí: “No quiero que tu familia me dicte como hacer las cosas o que influyan en mis decisiones.”
Ella dijo: “¿Cuál de tus vecinas permites que me visiten?”
Yo dije: “Los familiares de tal y tal, son buenas personas, pero los familiares de aquel y aquel, son mala compañía.”
Entonces Shuraih dijo: Tuve una maravillosa noche de bodas, y nuestro primer año fue increíble. Cuando llegó el año nuevo, y con ello debía regresar a la corte (de los juicios), un día regresé del trabajo y encontré a una mujer en mi casa.
Pregunté a mi esposa: “¿Quién es ella?”
Mi esposa me respondió: “Es tu suegra.”
Mi suegra me miró fijamente y me preguntó: “¿Cómo encuentras a tu esposa?”
Yo respondí: “La mejor esposa que un hombre puede tener.”
Entonces ella me dijo: “Oh Abu Umayyah, estarás en peor condición que ella, solo en dos casos: si ella da a luz a un bebé, o si ella se aprovecha de tus licencias. Juro que los hombres jamás han tenido peor sufrimiento y mayor mal que una esposa consentida. Por lo tanto, controla y educa a tu esposa.”
He vivido con mi esposa durante veinte años y jamás me he quejado de ella, excepto una vez, y fui injusto con ella.
Así es como debería ser un esposo, como debería ser una esposa, y como debería ser una suegra.

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