lunes, 26 de diciembre de 2011

La Muerte (Al maut)

La vida se va segundo a segundo. ¿Somos concientes de que cada día que transcurre nos acercamos más a la muerte o que ésta se acerca más a nosotros? Todo lo que se presenta en la tierra está destinado a morir: Cada uno gustará la muerte. Luego, seréis devueltos a Nosotros. (Corán, 29:57). Sin excepción, una a una mueren todas las cosas que nacen. Hoy día nos resulta difícil recordar los rasgos de quienes murieron. Quienes ahora estamos en el mundo y quienes vendrán, moriremos sin excepción, pero la gente tiende a ver la muerte como un incidente improbable (por lo menos en lo inmediato).
Pensemos en un bebé que recién ha abierto los ojos al mundo y en una persona que está a punto de fallecer. Ni uno ni otro tiene influencia sobre su nacimiento o muerte. Sólo Dios posee el poder para dar el soplo de vida o arrebatar la existencia.
Todos viviremos cierta cantidad de días y luego moriremos. Dios nos relata en el Corán la actitud comúnmente exhibida hacia la muerte:
Di: La muerte, de la que huís, os saldrá al encuentro. Luego, se os devolverá al Conocedor de lo oculto y de lo patente y ya os informará El de lo que hacíais (en la tierra). (Corán, 62:8).
Por lo general la gente evita pensar en la muerte. En el transcurrir de todos los días nos ocupamos más que nada de en qué colegio o facultad nos anotaremos, en dónde vamos a trabajar, qué color de ropa nos ponemos a la mañana, qué cocinar para el almuerzo, etc. Consideramos a la vida un proceso rutinario de esas cuestiones, en cierta medida menores. Los intentos de hablar de la muerte siempre son interrumpidos por quienes se molestan con dicho tema. Asumir que la muerte llegará más temprano o más tarde es algo que resulta desagradable de tratar para la gran mayoría. No obstante se debería tener presente que nunca está garantizado vivir incluso una hora más. Todos los días somos testigos del fallecimiento de gente en nuestro entorno, pero pensamos poco o nada en el día en que otros serán testigos de nuestra muerte. ¡Suponemos que eso a nosotros no nos va a pasar!
No obstante, cuando nos llega la muerte, todas las realidades de la vida se esfuman. Nadie que recuerde los bellos días pasados permanece en este mundo para siempre. Pensemos en todo lo que somos capaces de hacer: cerrar los ojos, movernos, hablar, reír, etc., son todas funciones corporales. Ahora pensemos en el estado y la forma que asumirá nuestro cuerpo después de morir.

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