Pobre hijo de Adam, si tuviese temor al infierno como lo tiene a la pobreza, se salvaría de ambos.
Y si se empeñase en seguir el camino que lleva al paraíso, como se empeña en buscar la riqueza, con seguiría ambas cosas.
Y si temiese a Al-Lah en su interior, como teme a la gente en sus acciones exteriores conseguiría la felicidad en esta vida y en la otra.
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